Criminalidad o delincuencia femenina
La criminalidad femenina o delincuencia femenina es la conducta
delictiva de la mujer,que
a lo largo de la historia ha sido analizada y estudiada desde perspectivas
tanto psicológicas como antropológicas. A pesar de que el estudio de la
criminalidad femenina ha sido considerado como poco esencial e intrascendente
debido a su poca incidencia en los índices de criminalidad, en las
últimas décadas se han observado aumentos en su práctica. Para ayudar
a profundizar su estudio, aquí te traemos 7 Cosas que no sabías sobre
la criminalidad femenina.
Criminalidad femenina
La criminalidad femenina está directamente
relacionada con la condición social
La pobreza y el bajo nivel de escolaridad son factores que,
según sociólogos, impulsan a las mujeres a cometer delitos. La comisión de delitos suele sen por mujeres
de baja educación, desempleadas, que viven con hijos a su cargo, lo que dispara
en ellas un sentimiento de preocupación y desesperación que utilizan como
motivación a delinquir. Otros expertos consideran que las condiciones
sociales bajo las que viven las mujeres responde a una subcultura machista que
impone controles sociales a la mujer, haciendo que se sienta
disminuida y por lo tanto ayuda a desarrollar un desorden de atención que se
convierte en el deseo de cometer delitos.
Por
otra parte, la criminalidad femenina atendiendo a ésta hipótesis,
también puede originarse debido a las condiciones familiares. Las
mujeres que provienen de hogares rotos y una visión distorsionada de la
familia, muchas veces por ausencia de la figura materna o paterna, son
más propensas de generar conductas delictivas debido a que dichas condiciones
familiares imposibilitan satisfacer necesidades de afecto y protección.
Los movimientos migratorios forzados como
causa de conductas delictivas
El proceso de adaptación a una nueva sociedad y costumbres con
el propósito de formar una nueva vida, produce un sentimiento de ansiedad y
agonía cuando no se tienen las condiciones económicas apropiadas. Por esta razón, las mujeres que emigran
forzosamente y dejan sus hogares para escapar de los abusos y la violencia,
llegan a otro país sin promesas de trabajo ni las condiciones económicas
suficientes para subsistir, y acuden al delito como alternativa para
sobrevivir. Este tipo de tendencia en la criminalidad femenina es más
frecuente en países latinoamericanos.
Victimización previa como factor clave de la
criminalidad femenina
Generalmente, las
mujeres que cometen delitos buscan satisfacer deseos o llenar vacíos provocados
por experiencias que fueron de gran impacto. Gran número de mujeres
delincuentes previamente han sido victimas de algún tipo de delito que
puede incluso tratarse de un delito no tan grave como un hurto. Los
casos más comunes se tratan de mujeres que fueron victimas de abusos
físicos, sexuales o psicológicos; también son propensas de convertirse en
delincuentes las víctimas del tráfico ilegal de personas o por abusos
sufridos durante el ejercicio de la prostitución.
Siendo
la victimización previa y condiciones sociales, algunas de las principales
causas de la criminalidad femenina, los delitos cometidos por mujeres son motivados
en la mayoría de los casos por el dinero, el placer y la venganza.
Las mujeres tienden a ser más crueles que los
hombres
De
acuerdo con estudiosos de la criminalidad y las ciencias penales, la
mayoría de los estudios realizados a la criminalidad femenina han sido de
carácter empírico, haciendo estudios de campo en países anglosajones. Como
consecuencia de éstos estudios, son reiteradas las opiniones que presentan
a la mujer como un delincuente más cruel y de mayor agresividad que el
hombre.
Según
este estudio, los homicidios cometidos por mujeres tienen la
característica de ser excesivamente crueles, y los demás delitos
contra las personas tienen la característica de implicar algún tipo de tortura.
Atribuyendo a tal premisa la sugestionabilidad de la mujer y a la agresividad
que es consecuencia de los cambios producidos por el ciclo menstrual de
la mujer.
En
otras palabras, ésta corriente de pensamiento omite e ignora las condiciones
sociales para atribuir las conductas delictivas de la mujer a sus
características biológicas y psicológicas, admitiendo tácitamente que mientras
el hombre delincuente “se hace”, la mujer delincuente “nace”. Sin
embargo, gran parte de la doctrina rechaza y critica enfáticamente esta
postura.
La mayoría de los abusos infantiles son
cometidos por mujeres
Los
abusos infantiles comprenden desde conductas violentas físicas y abusos
sexuales, hasta violencia psicológica y emocional. Las mujeres cometen
la mayoría de estos abusos a niños que están a su cargo o que están
relacionados a ellas, siendo los principales delitos homicidios a
lactantes o a niños, y el abuso físico a infantes menores de 5 años. En
casi la totalidad de los casos se trata de agresoras que en su infancia fueron
victimas de abuso, por ende la conducta delictiva es resultado de los traumas
producidos por el abuso.
Los estímulos ambientales y las lesiones
pueden producir un impulso delictivo en las mujeres
Estudiosos de las ciencias penales consideran que las reacciones
que tiene el cuerpo de la mujer ante un estímulo ambiental pueden llegar a
producir un desbalance químico resultante en conductas agresivas e
irracionales. Un ejemplo
serían las alteraciones en el cuerpo por cobre, plomo y zinc, que están
contenidos en pinturas y en gasolina y los niveles bajos de serotonina
combinados con niveles altos de testosterona en mujeres, lo cual produce
agresividad en el comportamiento, efecto que también es producido por la
contaminación por plomo, el cual se aloja en los huesos y produce
distorsiones en el comportamiento social.
Por
otra parte se cree que la combinación de estos estímulos con los procesos
biológicos de la mujer, son una respuesta al origen de la crueldad
excesiva característica en los homicidios y delitos contra las personas que
cometen las mujeres.
El tráfico de drogas es uno de los delitos más
comunes en el índice delictivo femenino
Entre los delitos más comunes se encuentran el hurto, el robo
con armas de fuego y la estafa. Pero muchas mujeres delincuentes se dedican al tráfico de
drogas como práctica delictiva. Este delito promete baja dificultad y
alta recompensa, y muchas mujeres lo toman como alternativa ante un
ambiente de severidad social. Asimismo, son pocas las mujeres cabecillas de
carteles o pandillas que se dedican a la producción y tráfico de drogas, sin
embargo, la participación de ellas en este tipo de delitos es muy
alta.
Conclusión
La criminalidad femenina es producida por una multiplicidad de
factores. La doctrina
contemporánea se avoca por un enfoque en donde prevalezcan las
condiciones sociales, familiares y educativas de la mujer como factor
determinante de la delincuencia femenina, así rebatiendo las teorías
que se inclinan por atribuir la motivación a delinquir de las mujeres a sus
condiciones biológicas o psicológicas.

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