No podemos dar lo que no tenemos

El ser humano tiene el desafortunado habito de ver el defecto en los otros, mas no en él mismo, sin perder la oportunidad de criticar al semejante, en ocasiones al menos con la fortaleza de decirlo de frente, pero en la mayoría de oportunidades no tiene la capacidad de hacerlo, sino recurre a la mezquindad de comentarlo a otros, convirtiéndolo en un rumor o “chisme” de mal gusto, provocando conflictos de convivencia y perjudicando a las personas de las que habla, sin   percatarse que él mismo  se hace daño a nivel emocional y social y de paso a su víctima de turno.  

Una persona puede tener miles de detalles y comportamientos adecuados con un familiar, amigo, hijos, hermanos, compañeros de trabajo, inclusive con su pareja, pero basta un solo detalle o comportamiento negativo para provocar reclamos, criticas destructivas, problemas e inclusive para llegar a la ruptura de una relación.

Este fenómeno ocurre en todo contexto humano, en la familia, en las relaciones sociales, laborales, de amistad, de pareja, etc.

Pero el ser humano esta dotado con un constructo que le posibilita para actuar asertivamente según las circunstancias, para así obtener los mejores resultados.  El ser humano cuenta con su inteligencia, entendida como” la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”. Pero ésta realmente se demuestra con la capacidad de ejercerse un enfoque crítico para que el individuo una vez analice las circunstancias, seleccione la mejor opción de respuesta y así obtenga el mejor resultado para su conveniencia y la de sus semejantes.   

Desde un enfoque psicosocial este fenómeno es conocido como epigenesis, [encima de], entendida como la capacidad de influir sobre nuestra propia naturaleza humana en busca de resultados inteligentes. Es la capacidad de influir sobre nuestros impulsos agresivos, influir sobre nuestros instintos sexuales, influir sobre nuestra capacidad de poder y dominio, influir sobre yo mismo y mis impulsos emocionales. Esta es la verdadera inteligencia.

Si hablamos de emociones es necesario hablar desde la disciplina de la psicología, la cual llama a esta potestad humana inteligencia emocional, postulada por los investigadores Peter Salovey y John Mayer en 1990, la inteligencia emocional consiste en la habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones. También entendida como la capacidad de no dominar, pero sí de influir sobre nuestras propias emociones y las de los demás.

Desde la criminología esto explica la razón de por qué ocurren tantas agresiones y muertes callejeras, conflictos, violaciones y maltrato a niños y niñas, tantas violaciones a mujeres y maltrato de género, tanto maltrato intrafamiliar, corrupcion, sencillamente porque el hombre puede llegar a dominar el conocimiento pero no sus emociones, cuando debería ser al revés, o al menos de manera equitativa, el que la educación se empeñara en que se obtengan conocimientos, pero a la vez el dominio de si mismo, sobra decir que en la cultura oriental este es el primer objetivo.

Emily Coué (1957-1926) dice que no es la razón la que determina nuestros actos, sino el control consiente, el autocontrol. La capacidad de influir sobre nosotros mismos.

He tenido la oportunidad de conocer las dinámicas de la población de varios colegios al interior y fuera de la ciudad y encuentro que se presentan problemáticas entre la población docente provocando conflictos y enemistades caracterizados por los comentarios malsanos las envidias, los celos, el desprecio, entre otros. 

Estas emociones negativas priman sobre las positivas. A continuación, se muestra una gráfica de estas para que el lector realice una lectura de esta y analice cuales de estas emociones priman en usted, en las personas, en los contextos que le rodean y en la sociedad en que vivimos.   

EMOCIONES 

                 POSITIVAS                                                           NEGATIVAS

AMOR		ALEGRÍA		IRA		TRISTEZA		MIEDO
CARIÑO		DICHA		ENFADO		CONGOJA		HORROR
ENAMORAMIENTO		CONTENTO		HOSTILIDAD		PESAR		PREOCUPACIÓN
		ORGULLO		DESPRECIO		CULPA
				CELOS		SOLEDAD

Fuente: adaptado de Fischer, Shaver y Carnochan, 1990.

Si se observan las dinámicas de interacción entre los estudiantes se encuentra que también impera un ambiente de conflictividad bastante fuerte y complejo, donde reina la falta de autocontrol, la violencia, la envidia, lo celos, y el deseo de molestar e incomodar al otro.  

Si vamos a los entornos familiares, en su mayoría encontramos ambientes conflictivos, más en familias uniparentales, con problemas económicos y carentes de una formación en avalores humanos adecuada. Donde los padres que educan a estos niños conflictivos ellos mismos han sido víctimas de maltratos, objeto de abusos y con carencias afectivas y económicas.   

Para conocer el tipo de sociedad que hemos creado solo basta con encender el televisor y observar el tipo de telenovelas que crean y pasan, colmadas de lágrimas, muerte, conflictos, narcotráfico, sexo, prostitución y maldad. Como se llaman, sin tetas si hay paraíso, “Tarde lo conocí”, “Garzón vive”, “Paraíso travel”, “el mariachi”, “polvo carnavalero”, “guerra de pasiones”, “la cacica”, entre otras.

Los noticieros no tienen más que noticias nefastas, donde el común denominador son las violaciones, el maltrato, muertes, narcotráfico, teniendo en sus contenidos un mínimo de tiempo para las noticias positivas y los deportes.

Y qué decir de los programas de distracción como los realitis show, el desafío, protagonistas de novela, guerreros, soldados 1.0, entre otros. Todos alimentados por la codicia, la trampa, el enfado, la hostilidad, la ira, entre otros, todos ellos emociones negativas.

Yo me pregunto para qué existe una “comisión colombiana de televisión”, ¿qué es lo que regula? ¿Cuál es su fin? ¿qué controla? ¡para qué se creó?, es claro que todos esos programas y programas enlatados que importan tienen como único fin satisfacer el morbo de las personas hacia la violencia, la maldad, el sexo, pues es lo que reporta sintonía y por tanto dinero.  

Para nadie es desconocido que vivimos bajo un régimen capitalista, donde priman los intereses económicos sobre los sociales, y que la televisión se alimenta del “morbo” que llama la atención a las personas.

Para las personas con el sentido de lo humano, del bien para esta sociedad, para nuestros semejantes y nosotros mismos son las entienden y les duele lo que ocurre en esta sociedad capitalista, donde lo único que interesa es sacar provecho de los otros, explotándolos y no temiendo perjudicarlos   con tal de lograr su beneficio personal. 

La verdad duele,  duele y causa indignación que unos se lucren con el dolor de los otros. aprovechándose de las condiciones y de la ignorancia que prevalece para dar el voto una y otra vez por los dueños del país.